viernes, 24 de octubre de 2008

Taller de Mandalas

martes 9 de Septiembre

Ejercicio de observación del desarrollo del Taller

Elegir el diseño, los dibujos se desparraman generosos sobre el piso.

Mirar, mirar, mirar.
No saber con cuál quedarse.
Hay que elegir uno.
Escoger uno excluye en el acto a todos los demás.
Tomar sólo uno pero querer más.
Concentrarse como chicos que juegan, serios.
Las cabezas sumergidas en los trabajos.
La mirada atenta, levantar la vista sólo para buscar material,
un lápiz,
un crayón,
alerta y despiertos, la mirada lo recorre todo.
Se posa en el lápiz violeta, me sirve.
La mano lo toma. Ahora la purpurina, ir hacia allá, la tomo, cae una lluvia metalizada sobre el papel, la acaricio con un dedo. El trabajo es sutil, refinado, callado, individual.
Se escucha el ruido de los lápices frotando el papel, por debajo del sonido de la música.
Compartir en silencio. Compartir el silencio.
Compartir.
Callar.
Meditar.
Pintar.
Dibujar.
Diseñar.
Rellenar. Colorear. Cortar. Pegar.
Jugar.
Tomarse en serio el juego.
Buscar papelitos con una concentración divina.
No pensar.
No juzgar.
Hay dos escuadras de acrílico pero nadie las usa. No las necesitan.
La energía yin, femenina, se deja seducir por la purpurina.
Eligen diseños libres y prediseñados.
Salen de los límites del dibujo y respetan los límites del dibujo.
Usan colores, usan sólo el negro.
Hacen collages, pegan cosas sobre el papel.
Forman paletas de colores variados, frias, cálidas, exuberantes, limitadas.
Hay tantas variaciones como personas trabajando sobre los mandalas.

Ana Lía Suarez






















































No hay comentarios: